martes, 23 de diciembre de 2008

La ONG Humana continúa recogiendo y vendiendo ropa usada en España


La Concejalía de Medio Ambiente de la localidad de Paracuellos del Jarama (Madrid, España) ha ampliado el pasado mes de noviembre el acuerdo firmado con la ONG Humana con la instalación de tres nuevos contenedores para la recogida de ropa usada, principalmente en Miramadrid.

Concretamente se han ubicado en la avenida de los Deportes, junto al colegio concertado del sector 3, donde también se ha incorporado un contenedor de papel y cartón. El segundo se encuentra en la avenida de Juan Pablo II, en el número12, junto al contenedor de vidrio. Por último, se ha instalado un tercer contenedor para ropa usada junto al Centro de Salud del casco urbano, según explica el Diario Digital del Henares.

Humana: su propia versión

El área que preside Sergio Krstic recuerda que, además, existen contenedores de este tipo en el Punto Limpio de la M-111, la plaza del Ayuntamiento, y en la glorieta Torrejón de la urbanización Los Berrocales. Según informa la propia ONG, Humana España es una organización humanitaria que desde 1987 lleva a cabo proyectos de cooperación principalmente en África. La asociación tiene como principal objetivo la cooperación al desarrollo, mediante la transformación de la ropa usada, en un recurso textil útil que constituye la base económica de los diferentes proyectos que financia.

La actividad nacional de Humana está centrada en la obtención y la reutilización de la ropa usada. Para ello, su acción se basa en la recogida, clasificación y venta de ropa de segunda mano. La transformación de ropa usada en recurso útil que fomente programas de cooperación al desarrollo exige una estructura profesional que pueda hacer frente al hecho que en España se tiren aproximadamente 7 kilogramos de ropa por habitante al año.

La actividad internacional de Humana se dirige a la financiación, a través de aportaciones económicas y de ropa usada, de proyectos de cooperación, principalmente en las áreas de formación y de sanidad en países como Angola, Zambia y Mozambique. La ropa usada se recoge mediante contenedores de instalados en lugares de fácil visibilidad y acceso al público. Todos los contenedores se instalan tras haber llegado a un acuerdo de colaboración con el ayuntamiento de los municipios escogidos.

Existen actualmente dos centrales de clasificación en España. Una en Granada, y otra, la más antigua y sede central, en el municipio barcelonés de L'Ametlla del Vallès. En estos almacenes se lleva a cabo la clasificación de la ropa recogida y su posterior distribución. La ropa que recogen en los contenedores pasa por diversos procesos. El primero de ellos es el de la cinta de clasificación. En ella, los trabajadores de Humana seleccionan la ropa y forman tres grupos: Ropa que se envía a África. Ropa de gran calidad destinada a la venta en las tiendas de segunda mano que Humana tiene en España. Ropa de calidad inferior que impide su venta o donación y que se destina al reciclaje industrial.

La crisis les favorece

Tal como podía leerse hace unos días en el diario madrileño ABC, también las tiendas de ropa de segunda mano de la ONG Humana han detectado que se asoman a sus establecimientos nuevos clientes desde septiembre, fecha a partir de la que han confirmado una subida de las ventas. «Nuestro público eran señoras de mediana edad, entre 40 y 50 años. Y ahora vemos caras nuevas. El abanico de edad se ha ampliado. Llegan jóvenes y muchos inmigrantes», explica Daniel Parra, responsable de tiendas de esta organización. Y en ellas los precios también son de escándalo: hay prendas de marcas rebajadas hasta un 70%. Un beneficio al que sacarle partido sobre todo en estos momentos de crisis. A veces incluso sin estrenar. «El precio medio de una prenda suele situarse entre seis y siete euros», añade Parra.

¿Qué hay detrás de Humana?

Hace dos años el medio digital El Plural publicó un artículo en el que revelaba lo que se esconde detrás de Humana. Según informaba, la Red de Ciudadanos Preocupados por "Humana" y diversos organismos estatales denunciaron una secta disfrazada de ONG. Se trata de las ONGs españolas Humana y Fundación Pueblo Para Pueblo, que son utilizadas como pantallas caritativas fraudulentas del grupo Tvind, considerada una secta destructiva. Estas supuestas ONGs, además de recoger ropa usada con el pretexto de enviarla a países en vías de desarrollo, se dedican al apadrinamiento de niños.

La denuncia de la Red de Ciudadanos Preocupados por Humana explica que la ONG Humana, ahora Fundación Pueblo para Pueblo, está financiada por la secta Tvind, que tiene su base en Dinamarca. Estas denuncias se vienen produciendo desde hace casi dos décadas, ya que numerosas ONGs alertaron sobre los dudosos procedimientos que Humana empleaba para sufragar supuestos proyectos de ayuda en el tercer mundo.

Los hechos, según Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) que fue consultado en este reportaje, son que “Humana funciona como aparato financiador de Tvind. Hace muchos años que este grupo firma convenios con ayuntamientos españoles y otros organismos para instalar contenedores donde la gente deja la ropa usada”. Estas prendas serían teóricamente enviadas a países del Tercer Mundo con fines benéficos. Pero la realidad es diametralmente distinta: "Las remesas tienen varios destinos”, explica Santamaría. "Una parte se consigna a cupos de catástrofes; otra se recicla; una tercera va a parar a tiendas de segunda mano españolas; y la cuarta es la más nociva de todas, porque se envía a África para comerciar con ella, produciendo un grave daño a los endebles comercios locales”, como denuncian algunas instituciones textiles. Según Santamaría, Tvind es “una secta destructiva, pero sin contenido religioso explícito".

Según los expertos que la conocen desde dentro, utiliza las técnicas de desmembramiento de la personalidad para fines lucrativos. “La Fundación Pueblo para Pueblo es hoy la pantalla pública de Tvind en España. No se sabe a cuántos españoles han podido captar en todo este tiempo”, aseveró. Humana legalizó sus estatutos en Cataluña en 1987. Desde entonces sus relaciones con las organizaciones benéficas no han sido precisamente fluidas. Jamás participó en actividades conjuntas con las otras ONGs catalanas. UNICEF declaró explícitamente en ese momento que ninguna vinculación les unía con Humana.

Fue en 1993 cuando se denunció por primera vez que Humana era una secta. Sucedió en el congreso internacional sobre grupos totalitarios y sectarismo que congregó a numerosos expertos internacionales en Barcelona. Finalmente, ante las reiteradas denuncias que se produjeron en los últimos años, Humana decidió cambiar de nombre. Ahora se llama Pueblo para Pueblo y han reconducido su actividad al apadrinamiento de niños.

Fuente: Info-RIES nº 111 (22/12/08).

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